Pensar en ti, dibujar tu silueta en el vacío como un pintor que imagina un lienzo.
Apareces frente a mí, un sueño hecho realidad. Miles de palabras en mis labios que se pelean por salir, se agolpan y se acaban resignando. Unos pocos pensamientos se escapan y dan con una sonrisa en el laberinto de tu mirada, aunque tu boca no quiere expresarla. La preocupación vuelve a tu ser, temo que esas valientes palabras hayan dado con una herida del pasado, un pozo de melancolía que se desborda. A pesar de ello, tus pupilas reflejan el calor de viejos recuerdos, dulce agonía que quema pero reconforta.


Quizá sea mejor dejarte a solas con tu memoria. O quizá es el momento para liberarte de esa pena que te oprime, ayudarte a que se vaya. Prefiero dejarlo a tu elección, no es el momento para presionarte. Aunque tus pensamientos sean un misterio para mí, creo que es mejor no esforzarme en comprenderlos, conservar la intimidad de tus recuerdos y aprender a vivir con ellos, aunque solo sea un simple espectador.
Ignoro tu pasado, pero comparto el presente contigo... ¿qué más puedo pedir?

Déjalo ya. Lo han entendido, no sigas con esos ataques injustificados, por la espalda y a quemarropa. No vale la pena hacer leña del árbol caído, lo único que haces es cerrar puertas y abrir bocas, dar paso a las malas lenguas. Hagas lo que hagas, saldrás perdiendo.
Me da igual que ahora estés mejor, que te sientas más feliz. Piensa un poco en los demás, debajo de su ira no hay más que dolor, dolor por ti. Solo quieren recuperarte, estar contigo. Pero no te dejas y ahí es cuando viene la rabia, la impotencia.
Una amistad rota por granos de arena. Cada uno ha ido golpeándola, agrietándola y resquebrajándola hasta que no ha podido soportar más tiempo, cedió.


Tendrás tus razones, no lo niego, pero el mundo de tu mente es aún un misterio para mí.

No me sueltes, ¿vale? Prométeme que alejarás todo demonio que se interponga en nuestro camino, que este vínculo no se romperá.
Echo la vista atrás, precisamente ahora que el presente importa poco... que el futuro es difuso pero prometedor. El pasado se hace duro, los recuerdos son como piedras a la espalda. No sabría decirte cuántas veces soñé contigo, cuántas veces sentí tu dolor como mío, cuántas noches te perdiste en tu propio mundo, cuántas veces me pediste ayuda para salir del remolino de tus pensamientos. Ahora nada podrá salvarnos de lo que vamos a hacer, nadie querrá perdonarnos.
Huye conmigo. ¿Para qué preocuparse por alejar a los demonios pudiendo salir del Infierno? No importa lo que digan. Aunque ese demonio sea tu mismísimo padre, aunque se llame Astaroth, Belcebú o Agliareth, ni aunque los mismísimos amos del Averno nos quieran detener. No lo conseguirán, es nuestra escapada al cielo y nadie nos parará. Toma mi mano, partamos a donde no nos conozca nadie, donde no puedan juzgarnos.
Somos un diente de león esperando a ser soplado. Aprovecha la ráfaga de viento, despréndete del tallo y volemos donde nos lleve la corriente.


Escuchando: Brennende Liebe - Oomph! Feat. L'ame Immortelle

Vivir en un mundo verdadero... quizá perfecto, quizá doloroso, pero a fin y al cabo es tu verdad, ningún juego de compasiones o intereses. Vivir en un engaño a veces es más fácil, lo sabemos todos... ¿pero crees que te mereces eso?


Ten dignidad, una mentira piadosa no es una solución, no puedes hacer que otros sientan lo mismo que tú. Tus sentimientos son tuyos, pero no puedes esperar que siempre y por siempre sean correspondidos... todo se desgasta; lo que sube, baja; el tiempo es el peor enemigo.
Sé que estás cansado de esos latidos innecesarios, harto de que la sangre corra por tus venas. Pero ahora es cuando tienes que mirar al firmamento y levantarte.
Vamos, levántate, la caída no fue tan grave. Podrás reponerte, pero no intentes hacerlo todo tú solo... tus silencios incómodos solo lograrán que pierdas el equilibrio de nuevo. Deja que una mano amiga te levante, pero pon de tu parte, esa mano no podrá ayudarte si no te esfuerzas lo más mínimo en agarrarla.

Escuchando: I don't love you - My Chemical Romance

Vamos, Jane. Ten orgullo, levántate si caíste, reconstrúyete si tu base se tambalea. Lo mejor es que la rabia te mueva, que la tristeza no te paralice. No es lo que te apetece, lo sé, pero es lo más productivo. Busca explicaciones, razones. Cógele la mano, mira a sus ojos y trata de encontrarlas. Quizás sólo veas su mirada huir, alejarse de ti, pero es mejor que vivir añorando un abrazo.


Estás en el medio de la tormenta, pero no quieres huir, lo que te aferra a ella no te deja. Te mantienes a pesar del riesgo... otra vez sale a relucir tu valentía cobarde, tu coraje pusilánime.
Me siento estúpido haciendo esto, no sé si tan siquiera te dignarás a leerlo, si lo único que conseguiré es que estés peor, que el dolor corra por tus venas y te mate lentamente, si acabarás odiándome por mi ayuda inútil. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo te marchitas. Quizás nos parezcamos en eso.

Escuchando: World so cold - Mudvayne

Sólo quedaba yo en aquella vieja habitación. Todo estaba cubierto por una gruesa capa de polvo. Mis pisadas dejaban huella en el parqué, los muebles no parecían los mismos. Tantos años viviendo allí, tantos recuerdos esparcidos por cada rincón, piezas del puzzle de mi memoria que creía olvidadas. Trato de saborear el momento, esa atmósfera de melancolía y cobijo, la sensación de sentirme en casa. Al fin.


Tantos años de trasiegos, sin un hogar fijo. Solo, de familia en familia. Perdido en un mundo que pasaba ante mí sin poder hacer nada, sin darme la oportunidad de conocerlo. Continuo cambio, desorientación. Con cada nueva familia de acogida, nuevas esperanzas, nuevos temores. En esas situaciones, la fe y el miedo chocaban, coexistían de una manera violenta.
Pero ahora nada de eso importa. Al fin estoy aquí, de vuelta a mi sitio, donde nací y crecí. Donde mis padres me dejaron, donde murieron. Éste es el comienzo de mi nueva vida, pero aún me queda mucho trabajo. Desamparo, nervios, espectativas, un torrente de ideas que asaltan mi cabeza. No puedo dejar que me domen, debo mantener la cabeza fría, soy mayor de edad y por eso soy libre de una vez.
Libre, pero sin nadie para compartir mi libertad. La soledad me ha acompañado toda mi vida, pero ahora noto su presencia como una mano que me asfixia, no me deja respirar. Cuestión de acostumbrarse. Nada estropeará este comienzo.
Libre. Cada vez me suena mejor.

Escuchando: Merry Christmas Mr. Lawrence - Ryuichi Sakamoto

Te conviertes en la sombra de lo que eres, en aquello de lo que huyes, la imagen de un espejo de feria, deforme. Ves que no eres tú mismo, buscas algo que te aferre al "yo" que conocías antes, algún punto de conexión. Nada, una simple cáscara es lo que compartes con ese ser incorrupto, limpio a tus ojos, completamente distinto a lo que eres ahora.
Un monstruo. Agresivo, destructor, insaciable. Tu sed de sangre, tu ansia de herir a otros no tiene fin. Te asustas de ti mismo, el terror recorre tus venas. Tanto tiempo ciego, sordo, insensible. Has cambiado tanto que ni te reconoces. Tratas de ocultar tu monstruo, ése que no puedes controlar. Te alejas de todos, la soledad se convierte en tu aliado.


Lo sientes bajo tu piel, en tu cabeza, corrompiendo tu sangre. Quiere salir de su encierro. Sería mucho más fácil dejarlo libre, romper su candado, acabar con tu sufrimiento. Pero una chispa de tu anterior "yo" vuelve a la vida, se enciende, su fuego se expande y te llena. Intentas domar a la bestia, a cualquier precio.
Felicidades, estás limpio. No volverá, a no ser que tú se lo permitas.

Escuchando: Monster - Skillet

Admiro tu coraje. Admiro tu valentía, esa fuerza para apoyar lo que te parecía justo, dejarlo todo por una persona. No voy a entrar a discutir si lo que hiciste fue correcto o no, si heriste a otras personas por ello, si fuiste algo egoísta; pero al fin y al cabo, lo hiciste. Despojarte de todo, sentirte libre, bien contigo misma, romper con esa máscara de falsedad que tenías puesta. Alguien dijo alguna vez que no hay ser humano, por cobarde que sea, que no pueda convertirse en héroe por amor. Amor propio.
Hasta hace poco, ni siquiera sabías qué era, tu autoestima estaba por los suelos, tu imagen sobre ti, deformada. Te dejabas afectar por los comentarios hirientes, te los acababas creyendo. Eras débil, frágil, sensible, insegura. Estás cambiando, eres más firme, no te dejas llevar por lo que los demás digan. El problema es que llegas tarde, esas heridas permanecen abiertas, no sanan, continúan sangrando; pero no admites una cura, palabras que las remienden.


Aún no has abierto los ojos del todo, pero te falta poco, ya verás.

"Date la vuelta, vamos. Olvidate de todo. ¡Hazlo!"
Al fin esa chispa de valentía se enciende, me enfrento a mi realidad. Solo me da tiempo a ver cómo te alejas, mis esperanzas caen al suelo, quedan hechas pedazos. Otro día más sin cambios.
Hoy es un nuevo día, me siento decidido, seguro de que no volverá a pasar. Cuando doblo la esquina, nuestra esquina, siento que algo falla. ¿Dónde estás?. Mi mirada se pierde a lo largo de la calle, miro el reloj. Marcaba nuestra hora, las 8:47. Mi mirada se apaga, mis sueños se hielan. Todo se tornó gris. En lo que queda de día, estuve alunado, ausente. Sólo podía pensar en ti, en mi locura. Esto me parecía estúpido, "No puedo estar así por una desconocida, me niego". Pero a fin de cuentas, lo estaba.


Lunes. Comienza mi semana con pensamientos no muy distintos a los que tenía la anterior. Quiero verte, hablarte. Enfilo nuestra calle, con decisión. "Hoy no te dejaré escapar". Al fin apareces. Clavo mis ojos en los tuyos, me acerco a ti, seguro pero nervioso. Tu también vienes a dar conmigo, se disipan mis nervios. Cada vez aceleramos más el paso. Cuando terminamos nuestra carrera, nos fundimos en un abrazo. El tiempo se para, no quiero soltarte.

Extraños, pero al fin y al cabo, más que conocidos.

Sólo extraños, pero al fin y al cabo, más que conocidos.
Nunca había estado tan nervioso por recorrer unos escasos 20 metros. Tantas palabras acumuladas, tantos discursos ensayados delante del espejo. Todo se quedaba en una simple mirada, un esbozo de sonrisa. Cada uno seguía su camino. En el fondo, me complacía con eso.
A veces sentía cómo tu mirada se clavaba en mi espalda, esos ojos claros no querían dejarme ir. Todo mi cuerpo deseaba darse la vuelta, cruzar la mirada un instante más, saborear el momento. Dejo que la magia se vaya, un recoveco de mi cerebro dice "No". Simplemente soy cobarde.


Los días pasan, rutina. Nuestro encuentro se convierte en mi único pensamiento. Por desgracia, siempre es el mismo cuento:
Romeo ve a Julieta, Julieta ve a Romeo. Julieta pasa por su lado, Romeo se conforma. Fin.
Busco algo de valor en algún hueco, lo registro todo... en vano.
To be continued.

Escuchando: Stranger - Secondhand Serenade

Prometo ver el vaso medio lleno.
Prometo no dibujar castillos en el aire.
Prometo estar ahí, siempre.
Prometo correr antes que andar, volar antes que correr.
Prometo hacer locuras siempre que pueda.
Prometo dejar huella.
Prometo dudar y acabar tomando la decisión más estúpida.
Prometo levantarte cuando caigas.
Prometo hacer oídos sordos a cualquier palabra necia.


En resumen, prometo ser yo mismo.

Escuchando: Nine in the afternoon - Panic! At The Disco

Eres imposible de encontrar, no hay otra igual. Nadie es capaz de hacer las cosas como las haces tú, tan fáciles, tan simples... incluso cuando tu cabeza es un amasijo de sentimientos, sabes sacar orden del caos, aclarar esa bruma que no te deja pensar.
Aún recuerdo aquella tarde. El sol se escondía y pintaba todo de un color rojizo. Las nubes empezaban a arremolinarse en el cielo, caían las primeras gotas de una tormenta. En el parque todo estaba tranquilo, solo unos pocos niños jugaban en los columpios. La lluvia se hacía más intensa por momentos. Iba a buscar refugio bajo unos árboles cuando me agarraste de la mano. Solo con tu mirada entendí todo lo que había que entender. Salimos corriendo, las gotas estrellándose contra nuestra piel, el viento en la cara. Me siento libre, más vivo que nunca.
Sin aliento, paramos en seco. Tus ojos tienen un color extraño bajo la lluvia. El pelo empapado cae sobre tus hombros. "Nunca te podré demostrar lo que te quiero". Mi cara se descompuso, no sabía a qué venía aquello. Tiras de mí, sigues con tu carrera contra el viento, como si tus labios nunca hubieran exhalado más que aire, como si esas palabras no hubieran existido.


"Idiota. Nunca podría demostrártelo. Tendría que aprender a caminar sobre el agua. O algo más imposible aún, quién sabe"

Escuchando: Fall for you - Secondhand Serenade

Lo único que queda cuando te vas. No quiero volver a escucharlo.
Silencio cuando vuelves. Te escondes detrás de unos ojos cerrados, crees que con mirar al suelo se arregla todo. Lo haces todo tan fácil, simple. A veces te envidio, otras lo odio. Odio cuando ese silencio explota en tus manos, las lágrimas resbalan por tus mejillas. "Habla, ¿qué pasa?". Ni tan siquiera subes la mirada, de tus ojos siguen brotando pequeños cristales. La situación se vuelve tensa, cortante. Lo único que se me ocurre es apretarte contra mi pecho, como si eso fuera de algún consuelo. Qué iluso soy a veces. Supongo que nunca podré entenderlo. Paseo la mirada por el callejón. Algo atrapa mi mirada.


Qué ironía.

Escuchando: El silencio - Despistaos